Artículo publicado en EixDiari de Garraf el 7 de febrero del 2021
Hoy me enterado que Arcadi Oliveres está gravemente enfermo. Enseguida he llamado a una amiga, ella y su familia son muy próximos a él. Ya hacía tiempo que su cuerpo estaba débil, pero ya han confirmado la terrible enfermedad del siglo XX y también del XXI. Se vá…
Ambas tenemos claro qué significa él. Arcadi es una de esas personas que su existencia, su ir por el mundo, su ejemplo, son un modelo a seguir. Solo hay que ver cómo son de especiales él y su familia: han hecho un blog donde todo el mundo puede escribir lo que le apetezca (https://missatges.arcadioliveres.cat/). Miles de personas han escrito y solo hace dos días que se abrió. Quiere estar acompañado de todas aquellas personas que lo admiramos: alumnos, activistas, lectoras y lo hemos estimado y ha encontrado la forma de hacerlo. Precioso y valiente. Porque lo hace con los ojos abiertos.
Yo personalmente he coincidido poco con él. Pero su impacto en mí, y todo lo que he aprendido siguiendo sus charlas, los libros y publicaciones no tiene precio. Un economista que me hizo entender porqué era importante poner atención en este campo. A mirar el mundo con ojos críticos desde un punto de vista que yo creía que era tan lejano al mío como educadora social, y en cambio es tan cercano.
Un gran pedagogo. Creo que nadie como él es capaz de explicar conceptos tan complejos como la deuda externa, las diferencias norte-sur y el decrecimiento con palabras tan sencillas. Fue presidente de Justicia y Paz defendiendo los derechos humanos a diestra y siniestra y por todas partes durante catorce años.
Al 15M, nos dejaba boquiabiertos cada vez que cogía el micrófono. La plaza Cataluña se quedó en silencio y nos abrió un nuevo mundo con cada frase que decía. Humilde. ¿Quién podía imaginar que aquel señor canoso con pantalones de pana es Doctor en economía, y militante de la paz desde toda la vida? Me llamó mucho la atención que en aquellos días llenos de ilusión y lucha social, prestó atención a cada intervención que se hacía y mostró un interés, tan profundo para aprender de los demás, como el de un niño.
Por todo esto y mucho más, Arcadi, te quiero dar las gracias. Has sido maestro de muchas y lo seguirás siendo, porque el legado que ha dejado es tan grande que seguiremos aprendiendo ahora y siempre. Desde Vilanova i la Geltrú, te envío un abrazo muy grande y seguro que de muchas más. No dejaré nunca de sentirme afortunada de haber coincidido contigo, el gran maestro, en el mismo tiempo y espacio en el mundo.