Confinada. Escuchando a Radio3 como diferentes autores y libreros hablan del libro que se están leyendo o el que se publicará pronto. Comentan lo qué más les gusta de su libro y todo el mundo habla con una pasión increíble. Y es que los libros no nos pueden dejar indiferentes. Coger un buen libro hace que estés deseando que llegue la noche para seguir con el siguiente capítulo. Pero ahora, confinada, cualquier momento es bueno para leer. Y es que leer es mágico. Hace viajar a distintas épocas o países, pensar en otras realidades. Si, realidades, porque a menudo un libro se acerca más a la realidad que una película. Aunque hoy, estamos viviendo una realidad de película. ¿Quién nos lo tendrá que decir? Hay momentos en que normalizo la situación. Porque cuando pienso en la dimensión del COVID19 me falta el aire. Y encima en la TV nos lo venden como una guerra. Pero aunque no estamos en guerra, el miedo que se ha generado en todos los países y las consecuencias emocionales, psicológicas y económicas serán similares a una. Pero evidentemente no por causa del virus. Una vez más se demuestra que el sistema neoliberal deja a las personas y la vida tan a un lado que la desprotege completamente.
Estos días han sido del todo distintos, y no sólo he hecho bricolaje, series y libros. He escrito un montón, también. Digo también porque lo hago con una amiga y además, no paro de recibir y leer artículos muy interesantes de amigas y amigos. ¡Cómo nos ha hecho pensar esta situación! Pero este no es un artículo de desigualdad, es más bien algo parecido a una página de mi diario, para que cuando me lea dentro de diez años recuerde lo diferente que fue el Sant Jordi del 2020. Hoy, después de seis semanas de estar cerrada, he disfrutado más que nunca el paseo por la rambla de Vilanova, mirando paradas y respirando el aire primaveral, las rosas que llenan de olores y colores las calles. Y bueno, tendré que conformarme con las rosas de papel, los mensajes de WhatsApp llenos de colores y optimismo nostálgico, los libros encargados, que cuando acabe todo esto, llegarán a casa y mi radio acompañándome e invitándome a leer y escribir. Por cierto, me estoy leyendo uno de Eduardo Mendoza, uno de mis autores favoritos, El rey recibo. Buenísimo.
(imatge de @eliselis.dibuixets)